Frederick Guttmann R.
La reciente plan-demia puso al descubierto infinidad de cosas, entre las cuales resaltó lo fácil que es hoy día que la humanidad se vea sometida a una dictadura, gracias al terrorismo de estado y la financiación de las oligarquías que controlan los estamentos de nuestra sociedad. Desde la IIGM (Segunda Guerra Mundial), lo más cercano a un intento semejante fueron los eventos de falsa bandera de la guerra contra el “terror” que iniciaron con el auto-atentado al World Trade Center, el 11-S. Pero, ¿si esto se repitiese? Con el avance de la Big Tech y los acuerdos que ceden poder estatal de las naciones a organismos satánicos - como la OMS -, en cualquier momento, especialmente con una crisis financiera en occidente, caeríamos rápida e indefectiblemente en una tiranía peor que la de la Alemania nazi. Los gringos se dieron cuenta de este tipo de amenazas con la farsa de la Guerra de Vietnam, y fueron cada vez más conscientes de que los poderes fácticos de este planeta no cesarán en su tentativa de crear un Nuevo Orden Mundial, donde la humanidad sea sometida física y psíquicamente, tras haber reducido y dividido a la mayoría de la población, en cualquiera de los escenarios WTSHTF (cuando todo se vaya al carajo). Si esto tuviese lugar, ¿qué puede hacerse? Esencialmente toda la estructura está corrupta desde hace más de 100 años, porque lo que esperar que el sistema legal (la Ley Positiva) pueda apelar a tu favor es ingenuo y surrealista.
Desde 1971 la deuda de tu país se cobra con tu Número de Identidad (National ID Card, DNI, Cédula de Ciudadanía) considerándote un fideicomiso a partir del momento en que tu Nombre y Apellido entran en poder de un estado (cuando tus padres te realizan el Certificado de Nacimiento). En consecuencia, tu nombre-apellido y número de identidad son propiedad del estado, y el uso que tú das a estos te vincula al mismo. Por ende, no puedes simplemente asumir que con negarte a ser parte del sistema lo eres, toda vez que cada firma que has realizado en un contrato a legitimado tu vinculación al estado y tu sometimiento al mismo. Para libertarte del sistema debes considerar ciertas cuestiones, sea las positivas como las negativas. Algunas de las opciones que creo que deberías conocer son: optar por (a) comprar los derechos de tu Nombre, (b) vincularte a una soberanía independiente, o (c) declararte hombre libre, hijo de Dios.
1. Comprar tu Nombre.
La palabra ‘nombre’ tiene su raíz etimológica en los sonidos “no-hombre”, pues se refiere a que no es un hombre vivo sino un espantapájaros, u hombre de paja (Strawman, en inglés), aunque en el diccionario te dirán que en realidad es ‘nomine’ (calificativo). También llamado Ficción Jurídica, el nombre-apellidos con los que te registraron te identifican como una persona, o cosa muerta (para cuyo caso el nombre-apellidos se escriben en mayúscula y, junto con toda tramitación de lo muerto, se redacta con tinta negra). Asimismo, esto se conoce en lengua jurídica como “persona”, del inglés ‘per-son’ (lo relativo al hijo del estado), o del latín, donde significa ‘máscara de actor’ o ‘personaje teatral’, pues tu nombre-apellido e ID-DNI-CC abordan los asuntos de un ser muerto que pertenece al estado, no alguien vivo. Si deseas comprar tu Nombre, esto podría costarte entre $600 USD y $1.200 USD, y a partir de ahí tu Nombre es realmente de tu propiedad, y no puede ser utilizado por ninguna empresa o gobierno, o podrían ser demandados por tu parte por violación de copyright. Esto no te desvincula del sistema, pero protege el Nombre de la persona jurídica que utilizas.
2. Vencer la ley.
Así como el caso anterior que acabo de mencionar, usar la propia “ley” a tu favor puede ser un recurso para no salir aun del sistema. Lógicamente debes conocer los ámbitos de la llamada ley. En realidad, ley es lo que es inamovible e inmutable, un principio inquebrantable y absoluto, de modo que las llamadas “leyes” de las naciones son normas o decretos, erradamente - apropósito – denominadas leyes. La realidad es que sobre todas las cosas en el universo está la Ley Natural, aunque en las marañas del sistema legal, la jerarquía de ley pone por encima de todo a la Ley Real (la Biblia), debajo de esta la Ley Natural, y debajo de esta la Ley Positiva (las “leyes” de los estados). La Ley Natural es el principio de lo real. Todo lo que deriva de la voz latina “iuris” (jurídico, jurisprudencia, juramento, juridicidad, jurisdicción, etc.) es relativo al derecho propio de lo que es tuyo (pues es de la misma fuente de donde procede el inglés “you”). Lo tuyo, tu derecho natural, eres tú, tu espacio y tu propiedad. La Ley Natural es esencialmente que lo tuyo es tuyo y lo de otro es de otro, y la violación de ello es esencialmente no dañar ese principio: no asesinar, no violar, no hurtar, no coaccionar, no invadir lo de otro. En esencia, la Ley Real, cuya base son los Diez Mandamientos de Moisés, obedece a los mismos principios, mas ampliados y sujetos a una autoridad mayor: Dios (el autor). Si conoces las bases de esta jerarquía puedes defenderte y moverte dentro del sistema “legal” (Legis = lo que ejerce la ley), solo que si eres una persona que se considera vinculara realmente con un dios soberano, podrías entrar en conflicto de ley (ya que el sistema está diseñado para que practiques necromancia y no aplique en tu vida el amparo de “Dios”).
3. Soberanía independiente.
Si lo que deseas es desvincularte de tu padre dictador (pater/father = patria), puedes vincularte a una soberanía independiente, lo cual te puede permitir usar el Derecho Internacional para seguir comerciando, y que el país en donde supuestamente estás no tenga jurisdicción sobre ti. En el caso de hacerte soberano R.E.M.L., por ejemplo, inicialmente te costaría unos 75€, pero es solamente un inicio, ya que como soberano debes conocer los parámetros legales y jurídicos de un estado independiente y sobre el Derecho Internacional. Dado que REML es una buena opción para salir del sistema y no dejar de tener la posibilidad de mantenerte en comercio, es imprescindible que te curtas en todos los ámbitos de la ley, al menos los básicos. Necesitarías hacerte un ID de formato admitible por otras soberanías, un pasaporte para viaje, un carnet de conducir y claramente algún tipo de creación de cuenta bancaria o sistema de pagos y transacciones. Recibirás un nombre de tu elección y has de tener tu sello con tu “autógrafo” (no firma) y redactar una Declaración Jurada de Buena Fe, para enviarla a las intendencias judiciales del país con el que vas a interactuar, para que sean conocidas tus intenciones y evites problemas con agentes de la “ley”, o reclamación de impuestos (ya que un soberano independiente no debe pagar impuestos). Con este tipo de soberanía – pudiendo asimismo reclamar Inmunidad Diplomática – tus propiedades son legítimamente tuyas, y puedes, igualmente, reclamar los impuestos que pagaste del país al que antes te hallabas vinculado.
4. Declararte apátrida.
El principio de Hombre Libre se protege en el Derecho Internacional en que todo hombre es libre, es hijo de Dios y Él es su única autoridad. Para que el aspecto apátrida no se vea truncado por malos entendidos es adecuado realizar la misma acción informativa que con el REML, y exponer tus razones bíblicas y/o de base en la Ley Natural. Debes comprender que desvinculado del sistema no puedes exigir seguridad social gratuita, ni pensión, ni paro, ni ayudas del estado o similares, toda vez que así como te desentiendes de relaciones con el país al que pertenecías, él tampoco tiene responsabilidades contigo. En ese sentido deberías pagar cualquier asistencia médica y encontrar las partes legales que te permitan contratos, sea de acuerdo laboral o comercial. Igualmente has de renunciar a toda relación con la nación que se te vinculó de niño, lo cual implica no usar los datos del Certificado de Nacimiento para asuntos públicos (Nombre, Apellido, Fecha de Nacimiento, Domicilio, DNI/CC/ID). Sobra decir que técnicamente has de deshacerte de estos títulos a efectos legales. El concepto de apátrida lo refiero respecto de un estado-corporación como tal, ya que puedes definirte como “ciudadano del mundo” o perteneciente a la “patria de Dios”, sin que esto guarde relación alguna con algún ámbito religioso o de una institución religiosa. Empero, debes conocer la ley Natural y la Ley Real (la Torah), y su relación con el contexto de la Biblia, debido a que el sistema jurídico y de leyes internacionales está sujeto al poder del Estado de Columbia (Washington), y éste a la corona británica, y esta al Vaticano. Baste recordarte que todo juez, rey y presidente jura sobre la Biblia, que parte de la versión del rey Jaime (KJB o KJV (King James Bible o King James Version)) de 1611.
5. Auto abastecimiento.
Es notorio que has de tener un techo y tu alimento para subsistir, pero fuera de comercio esto no es muy fácil. Por consiguiente, un principio que aplica, sea en tu situación actual, como en cualquier otro caso de los anteriormente mencionados, es proveerte tu propio abastecimiento, no solo asegura parte – o hasta casi la totalidad de su mantenimiento – sino que te brinda la oportunidad de realizar intercambio o comerciar con otros. Desde jardines verticales o maceteros, puedes cultivar tu propio alimento. A más espacio poseas, más puedes poner a producir. Las hierbas y plantas son las que menos espacio requieren, algunas de interior y otras de exterior. Con una huerta, terreno, finca, etc., puedes asimismo trasplantar o sembrar árboles, y fuera de zona urbana, incluir un gallinero o animales de granja, entre otras posibilidades.
6. Transacciones digitales.
A medida que la inflación lleva al final del dólar, más aplicaciones y plataformas ofrecen opciones de intercambios libres de bancos y moneda fiduciaria. Las criptomonedas son un claro ejemplo de esto, sea en unidades pequeñas o en tokens, que cada vez se utilizan más, y las plataformas de pago e intercambio aumentan considerablemente cada día. Dado que las monedas actuales también se les busca digitalizar para que el estado-corporación y la banca-oligarquías puedan tener un mayor control de tu dinero, es cada vez más apropiado ahorrar en cosas de valor y/o entrar al intercambio de monedas digitales descentralizadas (no sujetas a estados o bancos). Un ejemplo de cosas de verdadero valor son los metales preciosos (oro, plata o platino), las joyas y piedras preciosas, arte, propiedades, alimento, elementos de primera necesidad, artículos de supervivencia, estructuras de creación de energías libres o materias autosostenibles o autoabastecimiento, fuentes de agua, tierras, propiedades bajo copyright (pintura, música, literatura, etc.). Ciertamente, de todos estos, el alimento es, y siempre será, el recurso principal por excelencia.
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